La realización de eventos en los centros educativos son una excelente oportunidad para establecer contacto directo con las personas y grupos relevantes para nuestra organización. Son un momento privilegiado donde podemos captar la atención de nuestro entorno y transmitir toda una serie de valores intangibles que son definitivos para la creación de nuestra imagen de marca.

Para que un evento sea efectivo es necesario contar con una metodología que contemple todas sus etapas: planificación, ejecución y evaluación. Esta última etapa nos permitirá corregir errores y determinar si se han cumplido las expectativas depositadas en el evento. Debido a la experiencia reunida en diferentes centros educativos y a mi formación académica, puedo asegurar que, en ocasiones, la no utilización de una metodología adecuada produce disfunciones en el proceso, que obligan a la improvisación, no permiten la optimización de los recursos disponibles y no garantiza buenos resultados.